Fundación Renal, un vídeo fenomenal

Des de nuestro centro se nos planteó la oportunidad de colaborar con la Fundación Renal Jaume Arnó para organizarnos y así grabar un corto que promocionase la donación de órganos especialmente para el Día del Donante (3 de junio). Así pues, nos dividimos en grupos, el mío lo fomaron Pau Mas, Pau Ortiz, Solveig Fineid y yo.
Un día vino Raquel Maya, coordinadora de la entidad para realizar una charla acerca de lo que suponen los trasplantes y se nos pasaron varios vídeos. Además, también obtuvimos recomendaciones de cómo se debían grabar las escenas, los tipos de planos, de luz, etc. por parte de una docente del instituto.
Nuestra coordinadora CAS, más adelante nos proporcionó un documento que tuvimos que completar una vez hecho el corto con el eslogan (en nuestro caso, Un regal de vida), una breve descripción del contenido y la evolución de cada grupo, el cual ya se incluía en un guión elaborado previamente entre todos los componentes del grupo de trabajo en el aula de infórmatica, lugar donde empezaron a surgir algunas ideas y nos distribuimos los papeles de cada uno.
Inicialmente, recibió el título de Billete de la vida, ya que, de no haber sucedido toda la crisis sanitaria causada por el Covid-19, hubiéramos ido a la estación de tren de Lérida a hacer el rodaje haciendo un paralelismo entre estar a unos segundos de llegar tarde a coger el tren y cuando a alguien le queda poco tiempo de vida y necesita una donación con urgencia. Los órganos caducan, se degradan impidiendo lograr la salvación de una vida.
El revisor del vagón hubiera adaptado la función de médico ya que es la persona que tiene que dar la mala noticia: la fecha de validez habría caducado, por lo que se pondría especial énfasis en el número, comparándolo con el panel que parpadearía con un primerísimo primer plano en el que saldrían la fecha y la hora. Esa sería la historia que hubiésemos contado, tan sólo nos faltaba acordar el cuándo con los integrantes del equipo. Sin embargo, dadas las circunstancias, dejamos aparcado el proyecto ya sin prácticamente ninguna esperanza de volver a retomarlo. No obstante, a mediados de abril se nos comunicó que des de la fundación se había decidido continuar aunque no pudiera ser presencial. Además, tuvimos la opción de hacerlo individualmente si así lo deseábamos. De hecho, en el correo que nos reenvió nuestra coordinadora CAS se indicó que en Cataluña habían pasado de tres trasplantes al día a siete en tan sólo un mes. En ese momento, más que nunca se debía crear conciencia en la población de esta necesidad creciente de modo que se nos pedía que recurriéramos a toda nuestra imaginación careciendo de muchas facilidades, el hecho de difundir se hizo indispensable.
Se nos otorgaron las instrucciones para llevar a cabo el vídeo: este debía contener ciertos logos (La Caixa, INS Josep Lladonosa, IB y por supuesto el de la Fundación Renal Jaume Arnó). Más tarde se nos añadió el de la Diputació de Lleida de manera que tuvimos que volver a modificar una de las versiones iniciales que hicimos. Al principio se nos olvidó añadir los créditos y no habíamos puestos nuestras voces por encima de la música ya que consideramos que no hacían falta. A pesar de nuestra conformidad, al final decidimos incorporarlas para que se viera que se había tratado de un proyecto en el que todos participamos de igual manera. En los créditos, como se puede observar, aparecen los actores, el director y quién eligió la música e imágenes. Se nos ofreció todo tipo de ayuda, incluso la de hacer directos de Instagram compartiendo nuestro progreso, opinar sobre posibles mejoras de otros grupos y darle forma a nuestras tareas pendientes. En nuestro caso, no hizo falta referenciar las fuentes ya que todas las habíamos extraído del programa con el que montamos el corto, Animaker.
Un problema que tuvimos fue que aparecía una marca de agua con un dibujo característico del programa y al final aparecía publicidad de éste. Por suerte, pudimos taparla y cortar el trozo que no era de nuestro interés. Tuvieron lugar múltiples renderizados a la plataforma de YouTube para que los distintos componentes pudieran ver como iba quedando ya que el programa no admitía que más de un usuario pudiese trabajar al mismo momento sobre un mismo vídeo y, por lo tanto, tampoco compartirlo.
El hecho de dar con otra idea distinta fue muy agobiante ya que no sabíamos como transmitir el mensaje y el programa debido a la mala conexión que funcionaba muy lentamente, la música debía cuadrar y ser apropiada a lo que se mostraba en pantalla, esta se cortaba antes de terminar y al final, como última alternativa, Pau Ortiz puso otra de distinta y que se difuminaba al final para que fuese más atractiva. Una alternativa a la que nos agarramos fue la de inspirarnos en otros cortos animados ya hechos por otras personas ajenas a la fundación y sacar conceptos que nos gustasen a todos y que estuvieran relacionados entre sí y con el tema a tratar.
Además, contábamos con un tiempo limitado en la versión gratuita del programa, el cual se alargó porque no daba tiempo a leer los textos y una opción de acercar o alejar la cámara ocupaba muchos segundos en cada escena y coordinarlo todo no fue fácil. Cabe mencionar que en algunas ocasiones se encontraron fallos ortográficos o algunas expresiones que no quedaban todo lo bien que podían quedar de modo que se requería hacerlo de nuevo y volver a colgarlo a YouTube. También pensamos en hacer una miniatura para el vídeo (hecha por Pau Mas) pero la fecha límite de entrega nos lo impidió:

Cerca de junio, se nos dieron las indicaciones correspondientes para el Día del Donante, tuvimos que elegir a un portavoz/representante del grupo, la cuál fui yo, para que hiciese una breve presentación de todo el desarrollo, los obstáculos, las dificultades..., luego una breve entrevista y, por último se proyectaría cada vídeo compartiendo pantalla. A finales de mayo se publicaron todos con sus respectivos títulos al canal de YouTube de la Fundación y ganaría el que tuviese más reproducciones y recibiese más apoyo por parte del público, es decir, el que tuviera más repercusión. Eso motivó la interacción y la competición sana. La reunión de Zoom se haría el día 2 de junio a las 11h y necesitaban nuestro consentimiento para publicar los resultados el día siguiente. La reunión virtual transcurrió estupendamente a pesar de los cortes a la hora de visualizar los vídeos debido a la mala conexión de la red. Nuestro grupo no resultó ser el ganador pero asistentes a la convocatoria nos felicitaron a todos por el trabajo bien hecho y nos hicieron algunas preguntas a los portavoces de cada equipo acerca de qué era lo que habíamos aprendido sobre donaciones y trasplantes. Además también estuvieron presentes pacientes y personal sanitario y se nos pasó un vídeo en el que una componente de la fundación trajo un limonero con una carta a la donante del año.
Este proyecto nos hizo darnos cuenta una vez más del trabajo colaborativo y la importancia de ser un grupo cohesionado, dados los numerosos obstáculos que nos encontramos por el camino. A pesar de todo, conseguimos salir adelante y entregarlo a tiempo. Sin embargo, eso no quita que no sea mejorable en determinados aspectos, uno de los personajes no realizaba un movimiento fluido a la hora de sentarse en la parada de bus y puesto que teníamos un tiempo acotado de 2 minutos no pude poner algunas secuencias interesantes.