Voluntariado Cáritas de pádel
Ante la necesidad de acompañantes para la realización de actividades deportivas con jóvenes que asisten a un programa adherido a Cáritas La Seu d'Urgell, mi grupo de escolta y guía (TxT) nos ofreció la oportunidad de ir un día a jugar a pádel.
El 1 de julio a las 15.00h citaron a todo el grupo TxT en el local de Cáritas con las medidas de protección establecidas dónde conoceríamos lo que deberíamos hacer y cómo hacerlo, además de confirmar la disponibilidad de cada uno de nosotros. En mi caso, Víctor, un compañero mío y yo elegimos el jueves siguiente y nos comprometimos a ello. Un obstáculo que se interpuso en el camino fue que me surgieron planes alternativos a lo largo de los días siguientes a la reunión, que finalmente cancelé porque me había comprometido ya con la entidad. La relevancia del compromiso es una cualidad que he adquirido en el transcurso del PD con lo cual me siento muy satisfecha.
El día consistió en desplazarnos hacia las pistas de pádel después de haber quedado en la entrada de dicho local y dividirnos en dos. Aunque nunca he tenido mucho entusiasmo por los deportes de raqueta esta ocasión fue distinta. Con el otro voluntario habíamos ido a la escuela primaria juntos y aprovechamos los descansos y los ratos libres para ponernos al día el uno del otro, lo cual resultó ser muy enriquecedor.
El grupo lo formaban siete personas y yo. De estas siete, tan sólo tuve relación jugando a pádel con dos de ellos. Debido al calor, se opusieron a jugar en un primer momento además de que no sabíamos del todo bien el reglamento de este deporte. Es por este motivo que un aspecto importante a mejorar para una posible próxima vez sería el de informarme acerco de ello y ser capaz de explicárselo a cualquier persona de forma entendible. Uno de los mayores inconvenientes que tuvimos en la jornada fue la numerosa cantidad de pelotas que iban fuera de la pista y que restaban tiempo de juego yendo a por ellas.
A pesar de estos inconvenientes y que la temperatura no era la más óptima, todos juntos pasamos una buena mañana que terminó en un aperitivo al que nos invitaron en una cafetería cercana. Gracias a ello, nos pudimos conocer mucho mejor. Otro punto que hubiera favorecido a todo el mundo hubiera sido el de ampliar el tiempo con los chicos y chicas allí presentes ya que, según mi parecer, fue demasiado breve de modo que espero que vuelvan a hacer algún tipo de sugerencia para regresar con ellos en más actividades a lo largo de este verano.
En conclusión, resultó ser una actividad que nos hizo estrechar lazos con adolescentes que viven realidades distintas a las nuestras y aprendimos que, a pesar de las diferencias, debemos buscar los aspectos en común y hacer ejercicio en grupo ya que así te otorga más motivación y ganas de esforzarse y superarse.
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