Mia de La La Land por un día
En diciembre tuvo lugar el rodaje de una escena de la película La La Land en la Escuela Catalana de Cinema y Televisión la cual se encuentra en Gardeny, Lleida. Fue una experiencia novedosa tanto para mí como para todo el equipo de grabación dado que eran estudiantes de la primera promoción de Diplomatura en Dirección Cinematográfica. Así pues, se me ofreció la oportunidad de formar parte de ello y accedí de inmediato ya que me hacía especial ilusión. Era un sueño hecho realidad.
En primer lugar, la directora que se hacía cargo de la organización previa entró en contacto conmigo a través de un correo electrónico que proporcioné a un contacto suyo para tener una cita con ella y con el actor que estaría junto a mí. Allí se nos dio los guiones y se nos puso una fecha límite para volver a realizar un encuentro con los papeles ya estudiados. Además nos pidieron que fuésemos vestidos como Emma Stone y Ryan Gosling de La la land. Debíamos tomar como referencia la actuación de los protagonistas de la película que podía ser visualizada a través de YouTube.
Tras haber ensayado varias veces en las instalaciones de ECCIT y haber sido maquillados y peinados ambos en Gardeny, empezaron las distintas tomas. Me sentía un poco nerviosa ya que suponía un desafío mantener la calma ante de la cámara y procurar que no se me olvidasen las frases en medio de la conversación. Tuvimos que repetir las primeras tomas en múltiples ocasiones. Después de hacer un pequeño descanso, los ayudantes de producción se dieron cuenta de que había un fallo de raccord (continuidad entre los diferentes planos de filmación) debido a que la lámpara que integraba el decorado se había movido o se había quitado de modo que provocaba confusión. Eso, sumado a ciertos aspectos a mejorar de algunas de mis tomas, nos hizo volver a grabar algunas partes de la escena.
Gracias a este proyecto he sido capaz de adquirir una mayor conciencia de mis propias cualidades debido a que aproveché la oportunidad para aprender, hacer preguntas a profesionales sobre en qué consistía ser cineasta y me fascinó poder haberles sido de ayuda y que quizás contasen conmigo en futuras filmaciones. Pude desarrollar habilidades como la de dejar a un lado la vergüenza, hablar con fluidez y desenvolverme en un ambiente desconocido hasta aquel entonces.
La planificación fue esencial. Estuve a punto de rechazar esta propuesta debido al bachillerato, pero asumí el riesgo y más tarde tuve claro que valió la pena hacerlo. Se demostró un gran nivel de colaboración en equipo y perseverancia a lo largo de todo el proceso así como en el mismo día de rodaje. En definitiva, este reto me permitió mostrar compromiso hacia todos los que estaban involucrados en el equipo y reconocer los beneficios del trabajo colaborativo.